(Alemania, 1921)
Vidas que se apagan
Las Tres luces (Der Müde Tod, 1921) fue la película anterior a la gran consagración de Fritz Lang con Doctor Mabuse, el jugador (Dr. Mabuse, der Spieler) y marcó el periodo de consolidación de la colaboración con su esposa Thea von Harbou, que más tarde condujo a la producción de las grandes películas que hoy conocemos de Lang como Metropolis (1927) o Los Nibelungos (Die Nibelungen, 1924)
La fundación Friedrich Wilhelm Murnau emprendió la restauración de Las Tres Luces como una búsqueda de material por todo el mundo, para restituirle su gloria original a este film del que se perdieron los negativos originales. La restauración se llevó a cabo a partir de la copia que se conserva en el MOMA (Museum of Modern Art), de Nueva York, y fue completada este año tras un arduo trabajo.
El opus de Lang escrito, en colaboración con von Harbou, es una alegoría fantástica sobre la relación entre el amor y la muerte. El remato comienza con un forastero que compra el usufructo de una parcela lindante con el cementerio de una ciudad de provincia, en el corazón de Alemania. Allí el misterioso hombre construye un muro en el que no parece haber ninguna puerta ni forma de entrada hacia el otro lado.
Una joven pareja de enamorados llega a este pueblo junto al mismo individuo, que parece ser la muerte misma, según el propio narrador. El joven desaparece junto con el forastero en un momento de distracción de la joven, interpretada extraordinariamente por la popular actriz alemana Lil Dagover. Al descubrir que su amado ha muerto, entra en pánico y comienza a sentirse mal; la fiebre y la desesperación le permiten a la joven adentrarse en el inframundo tras leer un párrafo bíblico del Cantar de los Cantares sobre la fortaleza del amor por sobre muerte, para intentar recuperar a su amado. Apiadándose de la joven, la muerte le ofrece la posibilidad de recuperarlo si logra salvar a alguna de las tres vidas que están a punto de apagarse. Ella acepta el reto de la abnegada Muerte.
El trabajo de Bernhard Goetzke como la Muerte es maravillosoa. El actor hace uso de todas las características de porte y gesticulación para generar un aura lúgubre a su alrededor y observar resignadamente los esfuerzos de la joven por salvar las tres vidas en medio del Ramadán en Bagdad, en el carnaval veneciano y en un acto frente a un emperador chino, en un viaje que le dará a la chica una lección sobre la inmutabilidad de la muerte.
La restauración del film es impecable y el acompañamiento de la música en vivo de Cue trío (compuesto por Mariano Federico Poc en violonchelo, Rodrigo Germán Ruffini en clarinete y Germán Suane en guitarra y composición) es excelente en la creación de climas y en la producción de un leitmotiv que sigue la acción de este tétrico y sorprendente largometraje expresionista de Lang. Las Tres Luces es así es un gran film que ahora tendremos la oportunidad de disfrutar en todo su esplender cinematográfico para recuperar la magia del cine mudo con música en vivo.
Martín Chiavarino
