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31º MDQ FILM FEST | Día 9 – Críticas

31º MDQ FILM FEST | Día 9 – Críticas

Sábado 26 de noviembre.

Si bien queda un día más del festival, esta noche se realizará la ceremonia de clausura, que incluye la entrega de premios a los films de las competencias principales.

Pero también se siguen ‘proyectando films. A continuación, más críticas de films proyectados.

 

Era el Cielo, de Marco Dutra (Argentina/ Brasil, 2016 – Competencia Internacional), por Matías Orta

Mario (Leonardo Sbaraglia) presencia cómo Diana (Carolina Dieckmann), su propia esposa, es violada por dos hombres. En ese momento teme reaccionar, y cuando se decide, los criminales huyen. Preso de sus propios miedos, elije no decir que vio todo. Al mismo tiempo, Diana tampoco revela lo que le sucedió. Ambos personajes irán acumulando secretos, y en el caso de Mario, la obsesión lo llevará a acechar a los culpables.

Basada en una novela de Sergio Bizzio, Era el Cielo (2016) funciona como drama matrimonial camuflado de thriller, en donde los tormentos se irán acumulando, de modo que los personajes terminarán sucumbiendo a las zonas más oscuras de sí mismos. El director Marco Dutra conserva un tono intimista, pero no teme ser crudo a la hora de mostrar la violencia. La estupenda labor de Sbaraglia y Dieckmann, más la de Chino Darín, constituyen el vehículo adecuado para transmitir la idea de la premisa.

Por el enfoque de la temática, Era el Cielo invita a pensar, y confirma que Leonardo Sbaraglia de uno de los actores más versátiles y arriesgados.

calificacion_3

 

 

 

People That Are Not Me, de Hadas ben Aroya (Israel, 2016 – Competencial Internacional) por Tomás M. Luzzani

Protagonizada por la propia directora, el film pone en la pantalla a una joven mujer que no logró superar su última relación e intenta rehacer su vida amorosa teniendo aun, sentimientos muy fuertes por su ex. Hadas logra capturar climas de intimidad y crudeza, sin descuidar el relato. Su representación de las relaciones interpersonales de la juventud de los 2010s es el principal atractivo del film, pero también es allí donde queda trunca la propuesta. La apuesta narrativa de ir por  encuentros amorosos fallidos con grandes saltos climáticos resultó demasiado grande. Los cambios de atmósfera no tienen las apoyaturas necesarias parar lograr que sea exitosos, y ese era realmente el potencial de la propuesta.

Esta opera prima Israelí se anima a correr riesgos, y eso tiene mucho valor. Hadas ben Aroya pone cuerpo y espíritu, dándole vida a un relato que no tiene medias tintas. Sin embargo, hay una distancia entre las buenas intenciones y la capacidad de conmover y comprometer al espectador. Los momentos más interesantes son aquellos en donde ben Aroya se nutrió de una mayor cantidad de elementos narrativos, las escenas en los clubes nocturnos donde los cambios de ritmo de la música y los movimientos de cámara irrumpieron con el minimalismo del resto del film resultaron en grandes bocanadas de aire fresco, principalmente porque logra incorporarlos sin descuidar la idea original, aunque no deja de ser llamativa la diferencia entre lo que pudo lograr cuando incorpora a la propuesta más movimiento y recursos, en relación a los momentos cruciales en donde pretende convertir una escena sexo en una charla literaria apoyándose solamente en una cámara estática, líneas de diálogo y actuación.

calificacion_2

 

 

 

Ejercicios de Memoria, de Paz Encina (Paraguay, 2016 – Competencia Latinoamericana), por Alejandro Turdó

El recuerdo como herramienta

Tras un debut promisorio con Hamaca Paraguaya (2006), Paz Encina presenta su segundo largometraje, en este caso alejada de la ficción y metiéndose de lleno en el género documental con Ejercicios de Memoria (2016).

Encina pone el foco sobre el desaparecido Dr. Agustín Goiburú, máximo opositor a la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay, aquella que se mantuvo en el poder desde 1954 hasta 1989, convirtiéndola en la más extensa de América Latina.

La voz en off de los hijos de Goiburú es la que lleva adelante la historia, rememorando historias, anécdotas y detalles de la vida con su padre hasta el día de su desaparición y todo lo que este trágico suceso desencadenó. La directora va intercalando estas experiencias con un exhaustivo material de archivo que pone en evidencia el alto nivel investigativo del proyecto, a lo que suma imágenes en ámbitos naturales con personajes ficticios que funcionan como contrapunto a toda la crudeza expuesta desde el relato, devolviéndolo todo a un estadio naturalista.

La propuesta logra aproximarse a una temática sumamente delicada y trágica sin caer en golpes bajos ni efectismos, logrando movilizar desde su alto nivel narrativo e investigativo.

calificacion_4

 

 

 

Operación Avalancha, de Matt Johnson (Estados Unidos, 2016 – Autores), por T.M.L.

Dos jóvenes agentes del FBI logran entrar a una operación especial para identificar a un espía ruso en la NASA y descubren en el proceso que la agencia no tiene la capacidad de poner al hombre en la luna, entonces se vuelven participes activos del supuesto engaño más grande la humanidad. Esta alocada historia escrita por Matt Johnson, dirigida por el Matt Johnson, y protagonizada por Matt Johnson haciendo de Matt Johnson, la idea de metamensaje de nutre de un nivel de autoconsciencia, amor por el cine y un humor tan cínico y crítico como efectivo.

El cine como engaño tiene es parte de un amplio y rico listado de films con diversos resultados, pero pocos con la frescura y cinismo como este. Operación Avalancha (Operation Avalanche, 2016) arranca como una divertida comedia, apoyándose en la química de los protagonistas y lo casi surreal de la propuesta, y a medida que crece el engaño, crece el misterio y se cuela en la trama como una sombra cual lado oscuro de la luna que eclipsa la comedia y construye tanta tensión que uno casi olvida las carcajadas que largó minutos antes. Esa evolución es sumamente rica y atrapante, porque se hace presente en un momento donde el espectador ya se comprometió con la narración y los personajes.

Una historia con dos caras, en blanco y negro, sobre una época de ideología polarizada, logra polarizar al espectador a partir del abordaje exitoso de dos grandes géneros. Por momentos ingenua y divertida, por momentos intensa y oscura, pero siempre entretenida y atrapante.

calificacion_4

 

 

 

De Palma, de Noah Baumbach y Jack Paltrow (Estados Unidos, 2015 – Cine sobre Cine), por M.O.

Sin duda, Brian De Palma no sólo es uno de los directores de cine más importantes en actividad, sino una leyenda viviente. Incluso los menos cinéfilos vieron (y más de una vez) varias de sus películas. Un autentico maestro que merecía un documental sobre su obra. Noah Baumbach y Jack Paltrow lo hicieron, y con el mismísimo De Palma.

El director de clásicos como Carrie (1976), Vestida para Matar (Dressed to Kill, 1980) y Caracortada (Scarface, 1983) repasa su carrera película por película, contando en el camino su relación con otros directores que revolucionaron Hollywood en los ’70 (Spielberg y Scorsese, por ejemplo), sus comienzos con films inspirados en la nouvelle vague, la poderosa influencia de Hitchcock, el uso de la pantalla dividida -una de sus marcas registradas-, los éxitos, los fracasos, la relación con los actores y con los altos mandos de los estudios… Todo esto, con gran nivel de detalle y buen humor, y dejando una buena cantidad de máximas sobre el quehacer cinematográfico.

De Palma es un manjar para el fanático y la oportunidad dorada para quienes deseen adentrarse en la filmografía de un cineasta que sigue cautivando.

calificacion_4

 

 

 

Sing Street: Reviviendo los 80s, de John Carney (Reino Unido, 2016 – Mar de Chicos) por Tomás M. Luzzani

Cuando uno habla de John Carney tiene que hacer una única referencia inevitable y es a su pasado como Bajista en la eterna banda The Frames, allá en Irlanda a principios de los años noventa. Este dato, no menor, es imprescindible para darle la magnitud que corresponde a los temas recurrentes en sus películas, la música y la clase media. Sing Street no solo no escapa del pasado del director, sino que lo hace bandera. En plena crisis económica, y en plena crisis familiar, Conor, un adolescente de Dublin, es cambiado por sus padres de su escuela privada a una escuela católica pública. Entre la opresión del cura rector de la escuela y los matones busca pleitos, descubre a una chica que suele estar parada en la vereda de enfrente del colegio. Dispuesto a impresionarla le dice que tiene una banda de rock y la convence de participar en su primer videoclip, con una particularidad, la banda no existe, no sabe componer música ni tocar instrumentos.

Este relato coming-of-age pasa por tres ejes claves: la música como expresión y forma de escape, el amor adolescente y los hermanos. Utilizando cada uno como espejo de una realidad distinta de la época, hacer de las crisis (económica, institucional y familiar) algo hermoso, descubrir y hacer fuerza por un futuro mejor, y entender la importancia del legado que vino antes y abrió el camino para la realidad de hoy, y la construcción de ese ansiado mañana. En una suerte de Escuela de Rock (School of Rock, 2003) conoce Once (2007), con los mismos tintes de comedia, autodescubrimiento y consciencia social, la película tiene todos los condimentos para pasar un momento maravilloso, sin escaparle en lo más mínimo a la reflexión, convirtiendo a un relato anclado a un momento histórico-cultural de otro hemisferio, 30 años atrás, en un testimonio universal del adolescente, valiente, apasionado y rebelde, pero repleto de emociones para dar, e historias por vivir.

calificacion_4

 

 

Nuestra cobertura completa del festival.

Cobertura vía Instagram.

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