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FESTIVALES

Pantalla Pinamar 2016: Día 1

Sábado 5 de marzo.

Una nueva edición de Pantalla Pinamar dio por comenzada. Porque si bien la Apertura se desarrolló por la noche, las proyecciones de largometrajes comenzaron temprano. Ya fueron desfilando piezas europeas y argentinas ya consagradas, como El Clan, de Pablo Trapero.

Pero la línea de largada oficial se realizó desde las 20 hs, en la Sala 1 del cine Oasis. El primero en hablar fue el intendente Martín Yeza, quien recordó cuando el festival llegó a la ciudad cuando él era chico. Luego subió al escenario a Pablo Avelluto, Ministro de Cultura de la Nación. Tras un clip con imágenes de las películas programadas, Carlos Morelli, director del festival, repartió los agradecimientos correspondientes y, siempre con la música de Ennio Morricone para Cinema Paradiso, procedió a entregar reconocimientos. Primero, a los responsables de la película De la Misteriosa Buenos Aires (cumple 35 años), dirigido por Alberto Fischerman, Oscar Barney Finn y Ricardo Wullicher. Barney Finn y Wullicher estuvieron presentes para recibir el reconocimiento, mientras que el hijo del fallecido Fischerman hizo lo propio con el que le correspondería a su padre. A continuación, por Los Tallos Amargos, Héctor Olivera recordó a su coequiper de Aries y director del film, Fernando Ayala, no sin decirle a Morelli, con un simpático enojo fingido: “Me hiciste emocionar, cabrón”. También hubo distinciones especiales a Irlanda, uno de los países invitados, y Graciela Borges Gracia Querejeta, vicedirectora de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España (ICAA) y directora del film Felices 140, que será proyectada en unos días.

En medio de muchos aplausos, concluyó la ceremonia y, minutos después, el film de apertura: El Tesoro.

 

El Tesoro, de Corneliu Porumboiu (Rumania/Francia, 2015 – Apertura)

Gracias a films como Cae la Noche en Bucarest y Policía, Adjetivo, Corneliu Porumboiu se convirtió en uno de los nombres fuertes de los festivales de cine. Su estilo seco y minimalista y su sentido del humor absurdo ya constituyen elementos fundamentales del cine rumano contemporáneo. En El Tesoro no se lajea demasiado de sus preocupaciones estéticas y temáticas, pero esta vez con un sabor, si se quiere, más tierno.

Una noche, Costi (Cuzin Toma) le está leyendo aventuras de Robin Hood a su pequeño hijo, cuando aparece Adrian (Adrian Purcarescu), un vecino del edificio, para pedirle 800 euros. Su editorial quebró y necesita ir pagando las abultadas deudas. Costi no puede ayudarlo, ya que a duras penas puede con su trabajo y su familia. De ahí surge una revelación por parte de Adrián: supuestamente, su abuelo dejó un tesoro escondido en una vieja residencia familiar, en un pueblo vecino. Junto a un extravagante individuo que sabe manejar detectores de metales, estos antihéroes cotidianos partirán en busca de lo que podría ser la salvación a sus problemas económicos.

A través de esta curiosa comedia, Porumboiu habla de la actual situación de la sociedad rumana (de hecho, de la situación europea), donde la clase media debe vivir día a día, sin demasiadas chances de ahorrar y pensar en un buen provenir. Los planos largos, tan característicos del director, permiten un trabajo actoral más fluido y realista, pese a que pueden provocar un efecto de monotonía. Y resulta imposible no identificarse con estos personajes que se dejan llevar por un “tal vez”.

El Tesoro es la contracara minimalista de El Mundo Está Loco, Loco (película de cacería de tesoro por excelencia) y la demostración de la buena forma creativa de un cineasta que no deja de sorprender.

calificacion_3

 

 

Matías Orta

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