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FESTIVALES

Pantalla Pinamar 2016: Día 5 – Críticas

Paula, de Eugenio Canevari (Argentina, 2015 – Hoy es mañana)

Paula (Denise Labbate), la joven criada de una familia acomodada de la ciudad de Pergamino, descubre que está embarazada. Sabiendo que no puede tener al bebé, acude a una clínica para hacerse un aborto, pero el precio es demasiado elevado para sus humildes bolsillos. De a poco comenzará a buscar la manera de recaudar dinero, sin que sus patrones se den cuenta.

En paralelo a las desventuras de la protagonista, el director debutante Eugenio Canevari le imprime al relato un estilo cercano al de Lucrecia Martel en La Ciénaga, mostrando las miserias de personas de clase alta en un lugar aislado, donde la ostentación y la pose es más importante que el amor y el respeto hacia el prójimo. La premisa no resulta muy novedosa y el final no tiene un cierre. Así y todo, se rescata el modo en que el director narra evitando ciertos lugares comunes (nunca se pronuncia la palabra “aborto”, por ejemplo) y sobreexplicaciones. Además, contribuye el uso de planos fijos, lo que permite captar el trabajo naturalista de los actores.

Sin llegar a ser una gran película, Paula tiene sus méritos y demuestra que las clases más altas suelen ejercer una oscura impunidad.

calificacion_3

 

 

 

Ónix, de Nicolás Teté (Argentina, 2015 – Hoy es mañana)

Cuando su abuelo muere, la joven Martina (Naiara Awada) viaja con su madre a su San Luis natal. Allí se reencontrará con familiares que no veía desde hace años, especialmente sus primos, de la misma edad que ella. Al principio la ven como una desconocida, pero de a poco se irán recuperando lazos, algo crucial en horas de luto.

Como en su debut, Últimas Vacaciones en Familia, Nicolás Teté vuelve con otra historia familiar ambientada en territorio puntano, pero esta vez poniendo énfasis en los personajes sub 25: la relación entre ellos, sus angustias, su sentido del humor, la manera en que lidian con el dolor y la pérdida. El director presenta a estos jóvenes con autenticidad y frescura, sin caer en poses ni en golpes bajos. Y volviendo a la frescura, Naiara Awada y Ailín Salas (junto con Camilo Cuello Vitale) encajan a la perfección en la idea de Teté.

Ónix muestra cómo los nuevas generaciones enfrentan problemas cruciales de la vida (y la muerte), además de evidenciar la evolución de un cineasta.

calificacion_4

 

 

 

Mr. Holmes, de Bill Condon (Reino Unido, 2015 – El acontecimiento)

Sherlock Holmes es uno de los personajes literarios más adaptados al cine. Pero ninguna visión de su figura se compara con la que propone Mr. Holmes.

El legendario detective (interpretado de manera genial por Ian McKellen) tiene más de 90 años y reside en una campiña, lejos de Baker Street, lejos del oficio que lo transformó en pasión de multitudes, lejos de su calidad de mito, lejos sin más compañía que una mujer que lo cuida (Laura Linney) y Roger (Milo Parker), su pequeño hijo. Pasa sus días dedicado a la apicultura, junto a Roger, como para mantenerse activo y evitar que la senilidad lo gobierne. Sin embargo, el héroe de generaciones enteras sigue estando ahí: no deja de atormentarlo el recuerdo de su caso conocido como “Sherlock Holmes y la Dama de Gris” (que, según él, su fiel Watson alteró convenientemente a la hora de escribirlo) ni la posibilidad de mantenerse lúcido gracias a una pócima de origen japonés. Su nueva misión, (tal vez la última) será reescribir ese pasaje de su vida, que siempre difirió del extravagante genio de sombrero de cazador y pipa.

El director Bill Condon se basa en la novela de Mitch Cullin, quien no sólo humaniza a la creación de Arthur Conan Doyle sino que la convierte en un ser real que debe convivir con su versión literaria, generalmente preferida por todos. Condon y McKellen habían trabajado juntos en Dioses y Monstruos, acerca de los últimos días del director James Whale. La estructura de Mr. Holmes es similar (con flashbacks incluidos y la interacción con la mujer y el chico), y la culpa, lo que parecer ser, lo que es en realidad, son algunos de los temas que se repiten. Pero aquella oscarizada película iba más por el lado sexual, y la de ahora abraza una atmósfera de ternura, sobre todo gracias a las escenas entre Holmes y Roger.

Una vez más, McKellen da cátedra de actuación. Verlo componer a este Sherlock tan terrenal, tan frágil, pero no menos ingenioso, es un placer. Además, su capacidad para verse convincente como alguien de más edad (con ayuda de un maquillaje exacto), evitando movimientos exagerados, es un modelo a seguir.

Mr. Holmes permite conocer al hombre detrás del ícono popular, y lo hace con suspenso, humor, drama y, sobre todo, encanto.

calificacion_4

 

 

Matías Orta

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