A Sala Llena

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CRÍTICAS

Gotán

Autor: Julio Tahier. Adaptación y Dirección: Manuel González Gil. Producción Artística: Lino Patalano. Arreglos, Dirección musical y Ejecución en vivo: Federico Mizrahi. Coreografía: Rubén Cuello. Vestuario y escenografía: Pepe Uría. Asistente de coreografía: Tamara Bisceglia. Asistente de vestuario: Luisito Almeida. Realización de vestuario: Cristina Silvia Romero. Vestidor: Osvaldo Gilio. Diseño de maquillaje, fotos y  función: Sabrina San Gil. Peinado de pelucas: Carla Pereyra. Realización escenográfica: Gustavo Ruiz. Diseño de luces: Manuel González Gil- Fito Gómez. Fotografías: Alejandro Palacios. Diseño gráfico: Igor Cugat- Luciano Rodofili. Producción ejecutiva y asistente de dirección: Ezequiel Procopio. Músicos: Nicolás Enrich, Christine Brebes, Pablo Motta. Elenco: Alejandro Paker, Alicia Vignola, Black Rodriguez Mendez, Max Accavallo, Tamara Bisceglia, Sofía Gonzalez Gil, Lucia Pinto, Eber Burger. Prensa: Marcos Mutuverria.

“Y hoy darías toda tu alma por vestirte de percal”, le cantaba Roberto Goyeneche a Esthercita, mujer  que, lastimada por un bribón, se convierte en Milonguita. Entre la historia de amor y desamor de Esther (Alicia Vignola) y Julián (Alejandro Paker) se desenvuelve esta obra que contiene una métrica coreográfica envidiable y una forma de comunicar el tango, a través del lunfardo, su vestuario y adaptación histórica que conmueve y asalta el alma de sus espectadores.

La puesta en escena es decididamente tanguera: el bar, la casa de la viejita como lugar de regreso a un útero que ya no albergará a nuestros personajes, principales arquetipos típicos del tango, luego de que emprendan su viaje de amores, flores, champagne y decepciones. Y el cabaret (arena típica urbana), que cumplirá una función primordial en el escenario y que contrastará decididamente con la casa,  el bar o el barrio.

 El tango, como representación de la imaginería nacional, nunca fue rural, siempre fue porteño.  En su prepotente melancolía podemos hallar el anhelo por la tierra perdida, entendiendo el tango como la forma de comunicación artístico-familiar que nace para arraigar a los inmigrantes a la nación argentina mediante la  utilización del lunfardo.

Gotán es lunfardo y más de 50 tangos por momentos escribiendo la historia, por momentos interpretándola. Pero además existe en Gotán un deseo de no quedarse en esa presunta melancolía, de ir más allá, haciéndonos partícipes de un show por demás alegre, a pesar de las puñaladas a las que son expuestos nuestros principales protagonistas.

Realizando un análisis más fino podemos encontrar en escenas como el llanto de Julián en medio de una curda, tras la pérdida de su amor, los rasgos típicos del melodrama.

La obra esta deliciosamente  conformada por un diálogo constante entre los arreglos musicales de Federico Mizrahi y los bailarines. El tango aparece así como narrativa,  un lugar donde lo viejo y lo nuevo participan de forma dialéctica.

Entrar en Gotán y en su espectacular puesta en escena de idas y venidas, con coreografías bien delimitadas y un vestuario determinado para cada ocasión que cante el tango es también entrar en el mundo del lunfardo, dejarse penetrar por la lúcida narrativa y tomar contacto con un núcleo histórico y común que todavía refleja los andares típicos del amor y sus conflictos.

Teatro : Maipo Kabaret- Esmeralda 449

Funciones: Martes 21:30 hs

Entradas: $250

 

calificacion_5

Por Sofía Lara Gómez Pisa

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