A Sala Llena

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CRÍTICAS

Santos de yeso

Dramaturgia, dirección y producción: Nicolás Sorrivas. Diseño de escenografía y vestuario: Ana Revello. Diseño de luces: Darwin Flores Goulart. Diseño sonoro y música original: Leandro Iglesias. Asistencia de dirección, fotografía y producción: Antonella Tejedor. Supervisión dramatúrgica: Pablo Iglesias. Actúan: Matías Milanese y Cecilia Sgariglia. Prensa: Estevan Rico.

De memoria y secretos

En Santos de Yeso dos mundos y dos luchas internas serán llamados a convivir magníficamente en escena. La de una madre católica y devota que no quiere perder a su hijo y la de Jose María un joven gay de izquierda que teme perder su libertad.

 Afuera los aviones comienzan a llenar la plaza, estamos en septiembre de 1955 y la Revolución Libertadora comenzaba a implantarse en la Argentina, borrando por algunos años todo lo que significó  la última presidencia de Perón.  Con su democracia participativa y lúcida. Con una industrialización en pleno auge, la esperanza convertida en planes sociales transformadores y una política de estado fuerte e inclusivo.

La puesta en escena está conformada por la habitación de Jose María (Matías Milanese), una cama con luz tenue en semi-oscuridad,  un baúl y una ventana.  En ese contexto, la madre de Jose María,  Marta, (Cecilia Sgariglia) teme cada vez que la ventana, por momentos  puerta, se abre y su hijo sale para ser partícipe de las charlas y debates (que imaginamos) lo llevaron a convertirse en un militante.  Entonces se abre también un paralelismo: su madre, devota cristiana, viuda de un comunista ve a su hijo convertirse en su padre, y del baúl saldrán a relucir, Santos de Yeso que llevaran inscripta la marca de un oscuro secreto.

Santos de Yeso es una magnífica producción de Nicolás Sorrivas que nos mantendrán por 50 minutos sumidos en un suspenso inquietante y bien construido. Una de las características relevantes a destacar es la construcción de la psicología de sus personajes, donde el contexto histórico ayuda y complementa para desmantelar el conflicto.

 Sin más artificios que esa habitación y el ir y venir del actor que nos sumergen en los distintos estadios en los que deviene la relación madre-hijo.

Cada palabra que se ciñe sobre la puesta crea una sonoridad propia, muestra de una dramaturgia inteligente y eficaz.  Momentos de humor serán acompañados por momentos de pura emotividad, cuando en in crescendo el vínculo madre-hijo comience a mostrar sus hilachas.

Es así como dos mundos se vienen abajo, como el propio Estado. Dos conciencias que no llegan a un entendimiento. Dos almas atrapadas en sus dogmas. Dos vidas unidas por la sangre y separadas por la ideología.

 El de Sorrivas es teatro puro y del bueno. Con escases de recursos, con una labora actoral inmensa y  con una premisa: nunca seremos los mismos al salir de la sala. La magia del teatro dictamino que así sea. Porque es imposible ser indiferente a dramas que tocan tan de cerca, nuestra historia y la vida.

Teatro: El Estepario – Medrano 484.

Entradas: $ 120.

Funciones: última función este Domingo a las 20 hs.

calificacion_5

Por Sofía Lara Gómez Pisa

 

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