El Bafici sería como un romance de verano (intensísimo, fugaz, agotadoramente feliz), si no fuera que da revancha: varias de sus películas tendrán tarde o temprano su estreno, tanto en salas como en cable, o podrán ser conseguidas y disfrutadas online. Por eso sus balances tardíos (y hasta recordatorios) siguen teniendo sentido, más con un festival que pasa como un
(...)