A Sala Llena

0
0
Subtotal: $0,00
No products in the cart.

Cosas que prometí no decir | El manierismo y el cine

Cosas que prometí no decir | El manierismo y el cine

Un marxista conservador como Arnold Hauser se ha extendido y hasta especializado en el tema del manierismo. En su “Historia del arte” dice “El manierismo ha aparecido tan tarde en el primer plano de la investigación histórico-artística que el juicio peyorativo que está en el fondo de este concepto todavía se sigue muchas veces sintiendo como decisivo y dificulta la compresión de éste como una categoría puramente histórica que no lleve implícito un juicio de valor”.

Nota a continuación que mientras a otras denominaciones estilísticas –como gótico o barroco- “el valor primitivo –positivo o negativo- se ha borrado ya por completo, frente al manierismo, empero, es todavía de tanta influencia la postura despectiva, que hay que luchar con una cierta resistencia interior antes de atreverse a designar como ‘manieristas’ a los grandes artistas y poetas de este período”.

Cree luego concebir un paliativo cuando “se separa por completo el concepto de manierista del de amanerado; se obtiene una categoría histórico-artística útil para los fenómenos a estudiar”.

Ésta aura despectiva que pesa sobre el manierismo procede según Hauser del siglo diecisiete y aparece “desarrollado por primera vez por Bellori en su biografía de Annibale Carraci.” En cambio, apunta a continuación, en las “Vite” de Giorgio Vasari “maniera” “significa todavía lo mismo que personalidad artística (…) Es decir significa ‘estilo’ en el más amplio sentido de la palabra”.

Vasari “habla, por ejemplo, de una gran’ maniera y por ella entiende algo positivo.

Como se ve por las citas reproducidas más arriba, muchas de ellas pueden referir también a ciertos modos y motivos del hacer del cine si a éste se lo entiende según lo explicitado por nosotros en “El concepto del cine”.

Así por ejemplo lo que Pinder define como típico del manierismo “es no presentar las cosas directamente, sino más bien en dejarlas entrever en vez de descubrirlas abiertamente. A este respecto es necesaria una conducta especial por parte del observador y unas vivencias adicionales muy particulares: el tormento la duda”.

Es indudable que ese “no presentar las cosas directamente…” atiene a la que he llamado primera y segunda historia y sobre todo a mi concepto del fuera de campo. Sobre lo segundo, que el observador debe poseer una vivencias adicionales y caracterizarlas como “el tormento de la duda”, parece una definición más que adecuada a la inducción sobre el espectador que realiza el cine mediante el así llamado “suspenso”.

Luego el problema del manierismo es preguntarse según Sedlmayr ¿qué es el hombre? Su tema La escisión entre lo dicho y lo pensado. Y su emblema, la máscara.

Ya en el siglo veinte el pintor epónimo sobre el tema de la máscara es James Ensor. Aquí puede verse una efectiva reconfiguración moderna de tal motivo. No por nada la protagonista de Halloween de John Carpenter tiene en su habitación una reproducción de un autorretrato de Ensor. Justamente una de sus pocas pinturas donde el propio artista se pinta “al natural” siendo en toda su obra un obsesivo del motivo de la máscara. Es que en el film de John Carpenter la máscara circulará en el exterior. En la fiesta doblemente vaciada –del interior de la calabaza y de sentido- y en la cara del asesino.

¿Será la incomprensión anterior de pintores como Ensor lo que abonará el camino a la posterior incomprensión del cine? Quizás. Este pintor en sus pinturas negras no pinta cosas “bellas”; tampoco Goya casi un siglo atrás, y muchos cuadros de su contemporáneo Delacroix que son decididamente feos o tratan temas aberrantes.

El manierismo “Lo extraño por excelencia”. No otra cosa hará el cine en su forma de terror y fantástico: mostrar la doble cualidad de lo extraño.

 

Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente.

Also you can read...

Recibe las últimas novedades

Suscríbete a nuestro Newsletter