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CRÍTICAS

James Blake – Assume Form (2019)

A principio de esta década, el artista británico James Blake se hizo conocido por su sonido post-dubstep, junto a nombres como Mount Kimbie o SBTRKT. En una escena donde la música bailable se ponía cada vez más agresiva y/o comercial, él respondía a ello experimentando dentro de este mismo contexto con sonidos ambient, efectos glitch, influencias y samples de la música R&B, soul y gospel, usando y distorsionando su propia voz como si fuese un instrumento más. Eso es lo que hizo que su disco debut homónimo (2011) fuera uno de los más emblemáticos para la música electrónica de esta década.

Su música, sin necesariamente caer dentro de los parámetros del “pop” típico, obtuvo el éxito que muchos artistas comerciales desearían. Con su disco Overgrown (2013) logró ganar el prestigioso Mercury Prize y ser nominado para un Grammy como “Mejor Nuevo Artista”. Además, en estos últimos años se estableció como productor dentro de la escena del pop y el rap actual, llegando a colaborar con Beyoncé, Kendrick Lamar, Jay-Z, Travis Scott, Frank Ocean y muchos más.

Quizás esa sea una gran parte de la influencia de su más reciente disco, Assume Form. Claro que esta no es la única fuente de inspiración para Blake – su relación con la actriz y presentadora inglesa Jameela Jamil hizo que fuera este su trabajo más abierto emocionalmente, con muchas letras directas y hasta románticas. Pero lo que se nota bastante también es el rol de la música pop en el álbum, que es más obvio que nunca, y haría de este su disco más “accesible” hasta la fecha.

Una gran parte de este giro hacia estilos más amigables al público se ve reflejado en la cantidad de colaboraciones en el disco. Dos temas tienen coproducción del arquitecto del trap Metro Boomin: “Mile High”, una colaboración con el ya mencionado Travis Scott, y “Tell Them”, junto al artista experimental Moses Sumney, cuyo falsete contrasta de forma muy interesante con la voz profunda de Blake. Otro ejemplo sería “Barefoot in the Park”, que tiene la colaboración de la innovadora del pop hispano Rosalía, quien toma influencias del flamenco presente en su propia música, y resulta en una bella canción de amor bilingüe.

Pero los temas que más brillan dentro del disco son los que toman riesgos de forma más abierta. Un buen ejemplo de ello sería su colaboración con el ex OutKast, André 3000, “Where’s the Catch?”. Este tema tiene una producción inspirada por la música house, con un beat en el cual André se maneja de forma impecable, pero también por las composiciones más arriesgadas del comienzo de la carrera de Blake, que resultan en el momento más entretenido y divertido del disco. “Into the Red”, la ambient “Lullaby for My Insomniac” y “Don’t Miss It” toman tintes muy vanguardistas, aunque también más melancólicas e incluso oscuras. En esta última canción, los efectos de voz que tanto lo caracterizan están presentes, narrando una historia personal sobre su lucha con la depresión, otro tema relevante del disco en sí.

Lo que quizás sea el elemento decepcionante del álbum son los momentos en los que suena más “normal”. A lo largo de Assume Form, se nota que hubo un enfoque más grande en la composición, las letras y la voz de Blake en su estado más puro (lo que tiene sentido teniendo en cuenta su paso al “pop”), pero deja canciones como “I’ll Come Too” o “Are You In Love?”, que al sacarle sus elementos más experimentales de su producción quedan bastante redundantes o incluso algo flojas. Si el problema más grave de su disco The Colour in Anything (2016) era la cantidad de “relleno” (se trata un disco de 75 minutos) sucede lo mismo en su nuevo álbum, a pesar de ser media hora más corto.

Sin embargo, este sigue siendo un paso muy importante en la carrera de James Blake, haciendo su música accesible pero teniendo la personalidad como artista que tuvo desde el principio. Assume Form sigue siendo un disco muy interesante en cuanto al juego entre los terrenos de la electrónica experimental y el pop y el rap más mainstream, una idea con la que estuvo interesado desde hace mucho tiempo, y que hoy en día pudo llevar a cabo de una forma bastante exitosa.

© Tomás Gauna, 2019 | @iamvulnicura

Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente.

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