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CRÍTICAS

MGMT en el Personal Fest, por Patricio Durán

Nadie tiene la culpa de la tormenta que cayó sobre Buenos Aires el sábado 10. La tormenta que, por ejemplo, suspendió uno de los eventos deportivos más importantes de la historia del país, la final de ida entre Boca y River por la Copa Libertadores. El partido tenía que jugarse a las 17 pero, unas dos o tres horas antes de su comienzo se supo que no iba a ser posible.

El Personal Fest tenía sus primeras presentaciones a las 16, pero fue casi a las 19 cuando oficializaron lo obvio, el recital no se podía hacer en esas condiciones: el predio y los alrededores inundados, la tormenta eléctrica que continuaba. Hicieron todo lo posible para que Robbie Williams tocara al menos unas canciones y no tuvieran que devolver el dinero de las entradas, pero todo lo que lograron fue un papelón organizativo con la gente afuera del club Ciudad esperando durante horas la única noticia sensata mientras se mojaban.

Para la segunda jornada del festival la cosa mejoró, no cayeron las lluvias previstas, retocaron la grilla para poner a Mercury Rev y pasarlo del sábado al domingo a las 16 y la gente los pudo disfrutar, además de Warpaint, Death Cab for Cutie y Lorde, que cerró el festival.

Pero el gran destacado fue MGMT, el dúo norteamericano compuesto por Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser. La crueldad de este tipo de festivales hace que el set haya durado apenas una hora, pero le bastó a la banda para sacar a relucir su psicodelia con toques electrónicos y hacer bailar y saltar al público.

El show comenzó con “Weekend Wars”, siguió con “When You Die” que le abrió el paso a “Time to Pretend”, uno de sus hits más celebrados proveniente de su primer disco. El setlist se dividió entre el disco que vinieron a presentar, Little Dark Age, y su debut Oracular Spectacular (2008), hubo solo una canción, “Flash Delirium”, que no salió de alguno de esos dos discos. Este tema, por cierto, sorprendió con la aparición de un muñequito en la pantalla, mappeado en vivo, que imitaba los movimientos de los músicos. Las pantallas jugaron un papel importante en el recital, mostraban imágenes inquietantes en “When You Die”, un reno robótico a la carrera en “Time to pretend” o una bruma roja, misteriosa y distópica en “Little Dark Age”.

Invitaron al escenario a Connan Mockasin (que participó de la grabación del último disco) y, junto a Andrew, cada uno con su guitarra, le hicieron una introducción enigmática a “Tslamp”, el momento más Pet Shop Boys de la noche.

Para el final llegó “Kids”, otro hit celebrado, que en la mitad se convirtió en “Neverending Story”, la célebre canción de Limahl de la película del mismo nombre, que se complementa a la perfección con ese atractivo extravagante y algo kitsch de la banda. Se despidieron a pura psicodelia con “Of Moons, Birds & Monsters” y cerraron así el show más sobresalientes del festival.

© Patricio Durán, 2018 | @moss_elixir

Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente.

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