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CRÍTICAS

MØ – Forever Neverland (2018)

A finales de 2012, la cantante danesa Karen Marie Ørsted debutó con su proyecto MØ, con los temas “Pilgrim” y “Maiden”. Estos temas, producidos por Ronni Vindahl, tenían samples inesperados e interesantes, beats complejos y melodías pop potenciadas por la poderosa voz y letras de Karen. Esa fue la base de su excelente disco debut, No Mythologies to Follow (2014), un éxito en su país natal, que situaba su música en un punto medio entre, por ejemplo, Purity Ring y Lorde, aunque con suficiente personalidad propia para destacar por sí sola. Aún así, debido a la naturaleza experimental del disco, la posibilidad del crossover hacia un público más mainstream parecía improbable.

Sin embargo, en 2015, colaboró con los gigantes del EDM Major Lazer (Diplo, y DJ Snake en la canción “Lean On”. Esta fue una de las canciones más exitosas de ese año, rompió varios récords y llevó a MØ a una audiencia global, llegando a tocar alrededor del mundo — incluso en el Festival Lollapalooza de Buenos Aires, en 2017 — y a colaborar con cantantes y productores cómo Justin Bieber, Jack Antonoff, Charli XCX, Noah Cyrus, Snakehips o Cashmere Cat.

Por eso tiene mucho sentido que su segundo disco Forever Neverland, lanzado más de tres años después, tenga un sonido mucho más pop en su forma más tradicional. Con sólo escuchar los sencillos tomados de él — que también son unas de las mejores canciones del álbum — uno se puede dar cuenta: la nocturna “Imaginary Friend”, la pseudo-reggaetonera “Way Down” o “Sun In Our Eyes”, otra colaboración con Diplo que tiene una estructura post-disco no muy lejana de Carly Rae Jepsen o Taylor Swift. Estas canciones funcionan porque pueden ser accesibles y pegadizas sin llegar a ser genéricas. Desafortunadamente, eso no aplica para todo el disco.

Llama la atención el hecho de que Ronni Vindahl no tenga ningún crédito dentro de la producción del disco —en su lugar, el canadiense STINT produjo la gran mayoría de Forever Neverland. Salvo excepciones como las dos últimas canciones “Trying to Be Good” y “Purple Like the Summer Rain”— dos de las más experimentales dentro del disco — su producción se queda corta comparado a la del álbum debut. Temas como “Blur”, “I Want You”, “Red Wine” (que desaprovecha una colaboración con Empress Of) o “Beautiful Wreck” se ven afectados por una producción que parece tomada directamente de 2015, y que no suenan tan bien llegando casi a 2019.

También llama la atención que no se hayan incluidos sencillos lanzados entre 2014 y 2018, como “Final Song”, su único hit en solitario y una de sus mejores canciones hasta la fecha, “Nights With You” o “Kamikaze”. Tal vez sea por el hecho de que ninguno de estos temas alcanzó a siquiera acercarse al éxito de “Lean On”, y por las razones mencionadas, es probable que ningún tema de su segundo disco lo sean.

Nada de eso significa que Forever Neverland sea un disco malo en absoluto, ya que Karen sigue demostrando la misma personalidad como cantante y compositora – teniendo en cuenta que este disco trata sobre “la juventud eterna” y su experiencia viviendo en California, hay momentos tanto personales (“Mercy”) como divertidos (“If It’s Over”, con la previamente mencionada Charli XCX) que la caracterizan. Pero el traspaso hacia un terreno mucho más pop hizo que se sacrificase bastante de lo que hacía que su disco debut fuese tan único, en favor de un sonido mucho más maximalista. Aun así, tomando en cuenta los mejores temas del álbum y el infravalorado EP When I Was Young que sacó a finales del año pasado, MØ sigue siendo una artista para seguir – y que se merece tener el mismo éxito en solitario que el que tuvo con sus colaboraciones.

© Tomás Gauna, 2018 | @iamvulnicura

Permitida su reproducción total o parcial, citando la fuente.

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