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CRÍTICAS

DISCOS NUEVOS: EARL SWEATSHIRT – “I DON’T LIKE SHIT, I DON’T GO OUTSIDE”

Disco analizado por Nahuel Ordoñez.

 

Artista: Earl Sweatshirt

Disco: I don’t like shit, I don’t go outside

Lanzamiento: 23 de Marzo 2015

Sello: Columbia (Sony Music Entreteinment) / Tan Cressida

Productor: randomblackdude (Earl Sweatshirt)

 

“Guardo condena voluntaria en la cárcel del cuaderno”

 Como poseído por la fiebre de las profundidades que se apodera de los mineros, Earl Sweatshirt se recluyó en su habitación para trabajar en su nuevo disco. Montado sobre un tono lánguido, de lucidez depresiva, este talentoso rapero de 21 años nacido en Los Angeles abraza sus tendencias agorafóbicas en vez de evadirlas y compone una obra elementalmente oscura e íntima que escapa a la lógica de lo esperable. ‘I don’t like shit, I don’t go outsidees una amarga bitácora acerca de los cambios acaecidos en la vida de un joven artista que se ve atrapado entre dramas familiares espesos y giras grises plagadas de desencanto.

 El vitalismo sombrío que atraviesa toda la producción anterior de Sweatshirt aparece como hilo conductor y clave de lectura de su más reciente trabajo. La sensación de abandono, un padre ausente, el cambio en los vínculos y la permanencia de una desesperanza salvaje surgen de las poesías que el rapero lanza sobre beats  opresivos pero directos, minimalistas. Otro de los grandes aciertos de ‘I don’t like shit…’ está en cómo la forma de vida del autor, los temas que trata la obra y la manera de componerla se entremezclan hasta diluir las fronteras entre estos momentos.

 Sweatshirt confía profundamente en su visión personal y decide producir por su cuenta 9 de las 10 canciones que integran el LP. Esto es un dato no menor si tenemos en cuenta que podría elegir prácticamente a cualquier productor de la escena para que trabaje con él. Tampoco utiliza el recurso de invitar a grandes figuras para potenciar la difusión de su material (sólo un puñado de amigos cercanos hacen apariciones fugaces: wiki del grupo Ratking, Da$h, el skater amigo de la infancia Nakel Smith y Vince Staples). Vale la pena recordar que este joven rapero además de contar con el apoyo de un sello multinacional como Columbia forma parte de Odd Future, un colectivo de artistas imprescindible para comprender el nuevo Hip Hop en los Estados Unidos.

 ‘I don’t like shit, I don’t go outsideabre con un engaño. Un beat sencillo apoyado sobre una melodía alegre y con reminiscencias a su trabajo anterior recibe al oyente. Una sensación que se desvanece ni bien Sweatshirt comienza a relatar su sensación de estancamiento y auto boicot: “soy la arena movediza en mis caminos”. Por su parte la canción “Faucet” es sin lugar a dudas uno de los puntos altos del disco con su base profunda de boom bap despojado y su flow al estilo MF DOOM. Una poesía cargada de amargura pero a la vez con breves destellos de una luminosidad opaca, otoñal. “Grief”, el corte de difusión del disco, es una especie de epitafio. Comienza hablando de sus ataques de pánico, atracones de Xanax (medicación para la ansiedad) y en el segundo verso va deformando su dicción hasta adoptar la forma de un sueño o de un delirio provocado por la fiebre, el alcohol o la cercanía de la muerte.

 Nacido Thebe Neruda Kgositsile, Sweatshirt es hijo de un poeta y activista sudafricano (tal vez de ahí provenga su segundo nombre) que abandonó el hogar durante su infancia tardía. Luego de editar en forma independiente su primer disco con 16 años (Earl – 2010) su madre, también activista por los derechos de los afroamericanos, preocupada por sus problemas de conducta lo envía a una escuela/centro de rehabilitación en Samoa. Regresa a Los Angeles en 2012 y prepara Doris, editado un año más tarde en conjunto por su sello Tan Cressida y el multinacional Columbia Records. Para este segundo disco trabaja muy de cerca con Tyler the Creator, Frank Ocean y Domo Genesis de Odd Future. Si bien tuvo una recepción muy favorable en términos de la crítica, el mismo Sweatshirt expresó en varias oportunidades que su intención no había sido del todo comprendida.

 Para este tercer esfuerzo discográfico, el joven rapero pareciera quedar atrapado entre dos lógicas aparentemente contrapuestas como lo son el ascenso de su carrera profesional por un lado y una honda desesperanza respecto a la posibilidad de habitar un lugar mejor por el otro; un agnosticismo abrasivo surca todo el disco. Mientras contempla con suspicacia lo que sucede a su alrededor con sus colegas en el submundo de las giras, logra registrar con una mirada cruda y no falta de cierto cinismo el curso que toman sus propias relaciones interpersonales (o su tendencia hacia una ausencia de ellas). Inmerso en este panorama, el encierro voluntario al que se somete funciona como salvoconducto. Es decir, a la vez que se aísla de todo contacto con el mundo exterior busca vivir sus días a través de su escritura. El arte como modo de vida deseable. La palabra propia como un territorio exterior, como único escape posible.

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