A Sala Llena

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CRÍTICAS

La amiga invisible

Autoría: Osqui Guzmán. Iluminación: Adrián Cintiolli. Música: Tomás Rodríguez. Asesoramiento de vestuario y escenografía: Gabriela Aurora Fernández. Asistencia de dirección: Juan Manuel Wolcoff. Actúan: Leticia González de Lellis y Malena Figó. Prensa: Octavia Comunicación.

Onírica comedia de final

Alcanzar ocho ediciones de un ciclo teatral que reúne a lo mejor de la escena under tal vez no sea el mérito más grande de Teatro Bombón –el festival permanente de obras cortas que tiene como sede a la coqueta Casona Iluminada- pero sí lo es el haber instalado el concepto de teatro asociado al placer. Porque después de todo, ¿qué otra comida genera más endorfinas que un chocolate? Y el Teatro Bombón alienta a combinar sabores, texturas y emociones en un menú teatral de domingo que deja pipón al espectador ávido del picoteo teatral. Vale aclarar que las obras-bombón solo duran 30 minutos, y que en los 10 que hay de espera entre una y otra siempre se puede dar una vuelta por el salón comedor a disfrutar de algún café.

Uno de estos placeres que estará en cartel hasta el 22 de mayo es La amiga invisible, pieza creada por el genial Osqui Guzmán, y que tiene a Leticia González de Lellis y Malena Figó inmersas en la piel de dos vecinas que entablan una extraña relación en circunstancias aún más extrañas. La historia personal de cada una es desopilante y bizarra a la vez, y cuenta con una situación disparadora tan simple y actual como la falta de luz. Y como en una película de detectives, cada detalle de la habitación muestra y encubre elementos cotidianos que significan y se resignifican en cada diálogo. El extraño y metafísico padecimiento de una, a la par que la urgencia y nerviosismo de la otra generan situaciones risibles y oníricas al mismo tiempo, con climas de transición fugaces que llevan de un estado al otro con la más total naturalidad.

Las salas en donde se llevan a cabo las funciones tienen capacidad nada más que para 20 personas. Es por ello que cada escenario, cada puesta, debe ser pensada de manera inteligente par atomizar una historia, no solo en tiempo sino también en espacio. Aquí la habitación de la casa de una de las vecinas se reproduce de manera impecable, con un excelente uso y disposición de los objetos, que se convertirán en aliados a la hora de interpretar la comedia física. La acción se pone cada vez más intensa, las mandíbulas se aprietan, las actrices interpelan al público a centímetros de sus narices. La posible explicación de ese “¿qué pasó?” queda en el aire, pero el sabor de la obra-bombón persiste como el del chocolate en la boca.

Osqui se luce con su capacidad para contar historias fantásticas y su fino sentido del humor a la hora de hacer reír. Pero nunca se sabe cuándo se pasará de la risa al llanto, y allí en los intersticios es donde la seriedad de La amiga invisible irrumpe como elefante en un bazar. La obra es una bella anécdota fantástica y filosófica de media hora. Cada espectador decidirá si en esta suerte de último cuadro que montan las actrices cierra su recorrido por la Casona o si continúa en busca de certezas a través de las salas contiguas. Mientras tanto, una de las dos vecinas se vuelve invisible, ya sea para tocar la trompeta o ser la doble perfecta de una hermana que no es gemela.

Teatro: La Casona Iluminada – Av. Corrientes 1979 .

 Funciones: Domingos 20 y 21 hs.

 Entradas: $100 una obra, $180 dos obras, $240 tres obras, $260 cuatro obras.

calificacion_4

 

Por Pilar González

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