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CRÍTICAS

“La Vida es Sueño”, galardonada en el Festival Internacional de Teatro de Blumenau (Brasil)

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El pasado jueves 12 de julio, en la ceremonia de cierre del 25° Festival Internacional de Teatro Universitario de Blumenau, Santa Catarina, (Brasil), se premió como Mejor Espectáculo a La Vida es Sueño, de Calderón de la Barca, en la versión que Carlos Almeida creó y dirigió para la Compañía de Titiriteros de la Universidad Nacional de San Martín.

La Vida es Sueño había ganado hace un año exactamente el Primer premio en el Certamen Internacional de Teatro Clásico Almagro Off, durante el 34° Festival de Teatro clásico de esa ciudad española- en lo que fue su estreno internacional.

Al recibir el premio en Blumenau, expresó Almeida: “Estamos muy felices que la Compañía de Titiriteros de la UNSAM haya recibido esta distinción. Por segundo año consecutivo nos entregan un premio internacional, y en festivales de larga trayectoria y prestigio. Creo que es un logro de toda la comunidad UNSAM.”

Esta original puesta de La Vida es Sueño fue concebida a partir de un material plástico moldeado con aire en escena, la manipulación de títeres, música original y una puesta de luces que resalta las virtudes de los materiales y objetos empleados.

Se presentó durante septiembre de 2011 en el Centro Cultural de la Cooperación, y en lo que va de 2012 realizó funciones en distintos escenarios del interior del país, la ciudad de Buenos Aires y en el Teatro Tornavía de la Universidad Nacional de San Martín.

Carlos Almeida es titiritero y director teatral. Ha integrado el Grupo de Titiriteros del Teatro San Martín durante 20 años, reconoce como maestro a Ariel Bufano y profundizó posteriormente su formación con el notable artista francés Philippe Genty. Actualmente se desempeña como Gerente de Cultura de la UNSAM.

Dice sobre la génesis de este espectáculo:  “Un día miré la foto de una persona presa en Guantánamo. Estaba de rodillas frente a un alambrado, con esposas y  barbijo, su traje era color naranja y soldados fuertemente armados la custodiaban por detrás. Esa fue la imagen generadora de este trabajo. Me recordó a Segismundo, me resonaron muchos ¿por qué? y ¡Ay mísero de mi!…, campos de concentración y la creencia en supuestas “grandes verdades” que llevaron a la humanidad a otros tantos grandes desastres. Pensé en La Vida es Sueño y luego tomamos el hueso descarnado de la progresión dramática del conflicto principal. El resto… solo cuerpos, cabezas, luces, aire y un material plástico tan frágil y efímero como la vida, tan contundente como un sueño.”

(Fuente: Debora Lachter Prensa)

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